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lunes, 12 de abril de 2010

"Fin" sin fin


Aviso de antemano que voy a destripar el libro.

Me gusta ver Página2, un programa de la 2 de la TVE que hablan de literatura. En este programa vi un reportaje de un tipo que trabaja en una cartonera (o algo así) al que le habían publicado un libro llamado FIN.

Hablaba de que era una historia de misterio, bien escrita, etc. Pues privado yo, me lo compré.

El libro cuenta una historia de unos amiguetes adolescentes que pactan reencontrarse pasados unos años en ese mismo lugar. El reencuentro sucede por medio de una de las chicas de la "minipandi" que se pone en contacto con los demás para recordarle ese pacto.

Por lo tanto nos encontramos con personajes de treinta y tantos (aprox.), algunos casados, separados, etc. Solo falta por aparecer un amigo que en el día del pacto fue víctima de una broma de mal gusto.

¿Cuál es el problema?

Pues que una historia tiene un comienzo, un desarrollo, y un desenlace. Excepto aquí.

La historia en sí misma es bastante adictiva: en el reencuentro de los "amigos/as" acontecen hechos misteriosos, tan misteriosos que es lo que te mantiene en vilo en la lectura. Los amigos/as van desapareciendo de forma inexplicable. Por la historia el lector supone que el culpable de esas desapariciones es el amigo que no apareció, y que se pretende vengar así del grupo.

Pero, Oh! gracias del amigo Monteagudo... que de "monte" tendrá lo que tú quieras, pero de "agudo"... los pelos de mis cojones, el misterio no se resuelve.

¿Porqué mi furia?

Pues porque la gracia de la historia está en el misterio, pero se acaba el libro y nunca te contará por qué pasaba lo que pasaba, ya que al que suponíamos culpable de todo, la víctima de la broma, simplemente no fue porque estaba muerto: había tenido un accidente con el coche y murió de camino a la cita. Por lo tanto no fue el causante de las desapariciones.

Así sin más. Entonces porqué iban desapareciendo misteriosamente... ¡Ni puta idea oiga! ¡Y se queda tan pancho! Vamos, que la cara de idiota que se me quedó cuando acabé el libro fue de órdago.

Después de semejante cabreo me dediqué a buscar por internet todo lo que hacía referencia al libro, y me encuentro que la intención del escritor era poner a los personajes en una situación extrema, y ver cómo se desenvolvían.

Anda y no me toques los cojones: si tienes poca imaginación como para resolver el misterio chaval... ni empieces.

Un final sin final, es tan malo como el que pretende resolver la historia diciendo que era un mal sueño.

Por lo menos tiene gracia: llamar FIN a un libro sin fin tiene su aquél.

Mira David Monteagudo, me he enterado de que se va a publicar una recopilación de cuentos tuyos... me lo voy a comprar, espero que estos tengan final, pero como no me guste... Hay que dar segundas oportunidades, no?

Por cierto, me debes 18 euros, que fue lo que me costó tu librito... o bien, me escribes un final y me lo mandas.

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